Cosas que los ebooks permiten

Las experiencias con los libros electrónicos, por mi parte, no han podido ser más satisfactorias. No estamos hablando tanto de dinero, pues que es un mercado que, aunque en alza, sigue siendo en facturación todavía marginal respecto al papel. Esta vez y sin que sirva de precedente, hablamos de lo creativo y también de interrelación con los lectores. Por ejemplo, con motivo de publicar en amazon El espejo de Salomón, saqué durante dos días Los lugares secretos a precio O en la misma Amazon. El libro, mientras estuvo así se colocó en el número 1 de las descargas, y luego ha andado sobrenadando entre el puesto sesenta y el doscientos en ventas. Ha sido una experiencia curiosa.

Y el haber publicado esos dos libros en electrónico me ha llevado por fuerza a revisitarlos. Eso siempre para un escritor es algo muy particular. Reencontrarte con tu propia obra, llenarte de satisfacción a detectar ciertos logros y de insatisfacción también cuando encuentras algo que ahora haría de forma que consideras mejor. He revisado ambas novelas, tratando de ser fiel a mi principio de que la revisión no puede alterar de forma drástica la novela. No por una razón. Ahora soy escritor de una forma y entonces lo era de otra. Es casi como entrar en la obra de otro autor, el que tú eras antes. Y cuando eso ocurre no puede ir uno «a saco», para entendernos. Pero sí puede mejorar, añadir algo aquí, cortar algo allá, etc.

Y esta vez han sido las dos novelas. No: Los lugares secretos no es la continuación del Espejo de Salomón como me han preguntado muchas veces. Son dos thriller históricos y comparten algunos personajes. Incluso la protagonista del Espejo de Salomón, Alejandra Espinosa, es personaje secundario en Los lugares secretos. Pero aparte de lo dicho, los dos libros no tienen más en común que el deseo de hacer pasar buenos ratos de lectura a quienes acceden a ellos, no tramas, ni situaciones.