Políticos contra Reyes Magos

Ayer no hubo cabalgata de Reyes. No la hubo por lo menos en el distrito de Madrid en el que vivo, Hortaleza. No es un evento que me causase nunca especial ilusión. Es más, por uno de esos azares de la vida, en todas las casas que he vivido en el distrito, la cabalgata pasaba como quien dice bajo mi ventana, con la matraca que eso supone de música a todo trapo, griterío de críos, calle cortada, apelotonamientos humanos. Pero a los chavales les hace ilusión. Y a los padres también. Y es una pena que esté tras muchos años ausente.
El caso es que esa ausencia es el ejemplo perfecto de eso que se dice de que el oficio de algunos políticos está en causar problemas donde todo iba a la perfección. Y si no, juzguen:
Porque no sé si iba a la perfección la vieja cabalgata de Reyes de Hortaleza. Pero ir, iba. Y hacía las delicias de chicos y de aquellos grandes que les gustan tales cosas. Distintas asociaciones del distrito armaban sus carrozas, que no sería ninguna para ganar ningún premio, pero la gente le echaba su ilusión. Y así recorrían parte del distrito, desde la parte baja del barrio de Canillas a la alta del pueblo viejo de Hortaleza. La gente se lo pasaba bomba y tipos disfrazados apedreaban con caramelos a grandes y pequeños entre el atronar de la pachanga.
Hasta que llegó una nueva concejala de distrito, hará unos años. Y entre las novedades que trajo fue repetir una jugada que según decían ya hizo en el anterior distrito en el que estuvo destinada. Aduciendo no sé qué problemas de seguridad, se cargó la cabalgata tradicional y le encomendó la nueva a una empresa. Allá donde las asociaciones de vecinos organizaban y ponían de su bolsillo, aparecieron unos señores de la nada a organizar ganando dinero a costa de patrocinios de empresas del barrio.
Una cabalgata por cierto mísera, de lo más cutre. O los patrocinios eran menguados, o a esa empresa de Reyes Magos inversos (porque en vez de sacar del saco metían) se le iba todo en gastos de gestión. Y encima con enfrentamiento civil. Porque claro, las asociaciones no se conformaron con ser de la noche a la mañana apartadas por decreto de la cabalgata que llevaban haciendo todos los años.
El caso es que vino la crisis. Adiós patrocinios. Y si no hay patrocinios, adiós cabalgata de pago. Y de esa forma nos hemos quedado sin cabalgata en Hortaleza. Así de triste ha sido.
¿Qué cuál es la moraleja? Ninguna. No la hay. Esto no tiene valor ejemplificante pero sí sirve de ejemplo perfecto. De dónde todo funcionaba más o menos bien y tuvo que venir un cargo político a dedo a destrozarlo todo. Lo que era gratis fue de pago, lo que era festivo se convirtió en enfrentamiento. Y al final todo por el desagüe. ¿Qué mejor ejemplo de político que se ocupa de crear problemas en vez de resolverlos? Creo que esa concejala ya no está en el distrito. Dios o el Diablo ayuden a los «beneficiarios» de su nuevo destino. Lo que les llega puede calificarse de muchas maneras. Desde luego, no de «Rey Mago».