Los lugares de «Los lugares secretos» VI. El palacio Pittamiglio y la Quimera de Atlántida

En su viaje al Cono Sur, en Los lugares secretos, Jacobo Artola visita dos lugares fascinantes situados en Uruguay. Son los que aparecen en las fotos que acompañan a este post y de ellos cuento en la novela, muy de pasada:

«El Palacio Pittamiglio, el de fachada con forma de proa y Victoria alada, era obra de un arquitecto tan adinerado como excéntrico, Humberto Pittamiglio. La levantó en Montevideo a comienzos del XX, en la Rambla –el paseo marítimo-, la vía más larga de la ciudad. El interior del palacio es laberíntico y parece responder a claves alquímicas, arte arcana de la que el arquitecto Pittamiglio, prohombre del Uruguay de su época, era gran estudioso.

En cuanto al Águila, llamada en origen la Quimera, fue encargo de otro millonario extravagante, Natalio Michellezzi, y se encuentra en la localidad de Atlántida, al este de Montevideo, ya en la costa atlántica. Allí se refugiaba a leer y meditar. Lo curioso del caso era que, aunque edificada en los cuarenta, el edificio concitó en seguida toda clase de leyendas fabulosas. Unos decían que fue cubil de contrabandistas, otros que los nazis la construyeron durante la II Guerra Mundial, algunos que era obra de los supervivientes del crucero Admiral graf Spee, hundido por la flota inglesa en el Río de la Plata, en diciembre de 1941».

Es asombroso, ¿verdad? Un edificio tan reciente como la Quimera de Atlántida fue capaz de dar en seguida mitos sin ninguna base real sobre su origen y los motivos de su construcción. Mitos que todavía circulan. ¿Cómo no esperar que eso ocurra con edificios más antiguos o sobre los que tenemos menos datos? Supongo que la naturaleza humana es así. En todo caso ese nombre de La Quimera, no pudo ser más acertado, no.