De repente la nieve

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He vuelto ahora mismo a casa y resulta que está nevando. Son la una y algo de la madrugada y me he detenido un momento, a mirar cómo, contra las farolas anaranjadas, caen los copos blancos. Son pequeños, caen con mansedumbre y resultan encantadores en estas fiestas. Cuajará o no cuajará, depende. Pero a mí me han dado una alegría, puede que un poco melancólica, pero una alegría.

            En la calle sólo estábamos un borracho, que casi no se tenía, un gato gordo a rayas, que ha cruzado cansino la calle, aprovechando la ausencia de coches, y yo, que quizá estaba embobando mirando la nevada.

            Ahora levanto la persiana. Sigue nevando. Me gustaría que mañana hubiese un manto blanco. No tardaremos en saberlo.

2 respuestas a «De repente la nieve»

  1. Feliz Navidad y feliz año nuevo 2007, espero y deseo que todo lo que desees te sea concedido, que todos tus libros sean números uno “en ventas”.
    Un abrazo desde esta esquinita del país, que tu conoces…
    Un beso.

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