Una categoría de poesía muy particular

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En las artes rige una variante del Principio de Peter, aquel que dice que la gente asciendo siempre hasta su máximo nivel de incompetencia. Eso es en las empresas. Pero el mundo está lleno de buenos actores empeñados en ser cantantes mediocres, buenos cantantes metidos a actores pésimos, buenos escritores convertidos en directores de cine infumables… Así que no teman, que no trataré de colocar aquí poemas que, por otra parte, no escribo.

            Dicen que además de procurar ser bueno en todo lo que uno hace, uno ha de procurar hacer aquello en lo que, por naturaleza, es bueno. Y nunca he tenido talento alguno para la poesía. No sólo para escribirla, cosa que es bastante normal, sino tampoco para leerla siquiera. Yo ya me había acostumbrado a ello, la verdad; es cuestión de la naturaleza de cada uno. Pero hubo alguien, alguien a quien yo quise mucho, que se empeñó en que eso no tenía que ser por fuerza así y que se prometió que, en su momento, me enseñaría a disfrutar de la poesía. Esa promesa no podrá cumplirse ya, y no por culpa suya ni mía precisamente.

            Puede que por eso he tratado de leer en estos últimos tiempos un poco de poesía. La red está llena de sitios de entusiastas de este arte, que cuelgan los poemas que más hermosos les parecen. Así que la gente como yo no tiene sino que acudir a parasitar en esas selecciones. En esta categoría de Poesías no trataré por tanto, como ya he dicho, de endilgar ripios de mi propia factura, sino colgar los poemas a los que mi limitado paladar haya encontrado buen sabor. Algunos de ellos serán de los recogidos por aquella persona de la que hablaba antes, que se empeñó en curar mi miopía poética – conociéndola, lo hubiera conseguido-. Otros serán de otras cosechas. Muchos, cuando los cuelgue, lo serán porque, de hecho, se los dedico a ella, en la medida en que algo ajeno se puede dedicar. No todos, quede claro, pero sí muchos de ellos. De hecho, esta categoría ha sido creada un poco pensando en ella. Hubiera puesto el grito en el cielo de haber encontrado que faltaba precisamente en mi bitácora.

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